La era de los condicionamientos 2013-2015

Me hice unos mates y voy a tratar de meter un comentario rápido sobre el asunto de referencia, o sea, el título del post. Vinculado un poco con esto, eso y aquello.

En estos 20 meses que quedan hasta diciembre de 2015 van a ocurrir nuevas configuraciones en el poder económico y político de la Argentina. La pregunta es ¿cuán nuevas van a ser? ¿Cuánto de cambio y cuánto de continuidad habrá después de 2015?

Está muy claro que en esta mirada hay una serie de fechas más o menos claves: a) de acá a junio, habrá que ver cuántos dólares entran, por exportaciones de granos; b) de julio a noviembre, se deberá observar si la inflación nos pone de vuelta en enero de este año o no pasa de mayo de 2013 (en relación al tipo de cambio real, cosa que incluye muchas variables, como la opción renovada de crédito externo a tasas razonables); c) diciembre es un mes para contener políticamente hablando; d) enero 2015 es el primer mes de un año electoral presidencial; e) en marzo 2015 empieza el año legislativo y las primeras paritarias, con algún paro general probable y las demandas conocidas; y f) de abril a octubre 2015, si la macro está ordenada, tendremos un año muy politizado entre PASO y generales.

Con este escenario, descrito sucintamente, distintos actores buscarán condicionar a los posibles candidatos, y a sus políticas.

Es decir, desde el kirchnerismo se buscará condicionar a los candidatos kirchneristas para que luego de 2015 siga vigente el actual modelo, más o menos (el período 2011-2013, no es igual a 2013-2015). Lo cual implica una estrategia bastante fina dada porque en el recambio no emerge ningún candidato netamente cristinista, aunque no es lo mismo Uribarri, Aníbal, Randazzo o Scioli. En todos los casos la estrategia lo incluye a Scioli, quien hoy parece el mejor parado, por eso las PASO tendrán un rol relevante. De este modo, condicionar el futuro no sólo requiere una posición basada en apoyos políticos o disputas, sino también en una macro que, de llegar ordenada a diciembre de 2015, es una piedra fundamental para el futuro: si está bien la situación, estable, no habría necesidad de tanto cambio (cosa que condiciona al próximo gobierno y también al electorado). Por lo cual, existirá alguna tenaza que incorpore la macro por un lado y el apoyo político por otro: para que el candidato que llegue por el PJ/FpV sea kirchnerista deberá llegar apoyado por el gobierno actual, como propia condición de factibilidad para que el futuro no cambie tanto respecto del presente. Los sectores que menos quieren este escenario son los más enfrentados al gobierno kirchnerista. Estos sectores, podrían eventualmente, buscar condicionar al candidato del PJ para que cambie el modelo actual, disputando apoyos con el kirchnerismo, pero no es tan sencillo y todavía habrá que ver cómo sigue.

En el caso del FR los condicionamientos tienen una particularidad especial: los condicionamientos parecen ir más desde los sectores interesados en el cambio, para que el candidato del FR entienda lo que debe hacer si gana. Se enrolan aquí -ante la chance real del candidato- los sectores más interesados en un cambio diametral: los sectores rurales, parte de la clase media y alta acomodada, gran parte de las multis, los medios concentrados de comunicación, y parte de la gran industria vinculada a los grupos económicos históricos de la Argentina, con ganancias dolarizadas. En este caso, parece más sencillo lograrlo -condicionarlo- aunque menos sencillo ganar en 2015.

El resto de los candidatos con mejores posibilidades (Macri, Binner, Cobos, Carrió, ponele) van a transitar situaciones similares a las que vive el FR, pero cada uno con su impronta, y con mayor debilidad de apoyos contrarios al gobierno a medida que las posibilidades sean menores.

En este complejo mapa de apoyos y condicionamientos, los sindicatos también tienen un rol clave. Después de una década de paritarias, con mejoras en los salarios reales y en las cantidades de afiliados, en la que el desempleo bajo fue la base de su poder de negociación, podría pensarse que apoyarán cualquier expresión de continuidad, pero en un marco de mucha disputa política, lamentablemente no resulta directa esta lectura.

Cuando uno mira este tipo de escenarios pre-electorales cabe separarlo en dos patas vinculadas entre sí: por un lado el clima político de apoyos de la dirigencia política y el poder económico, por otro lado el apoyo de la opinión pública que puede traducirse en votos. Mientras venía escribiendo el post iba teniendo en cuenta esto.

Queda una cuestión más a revisar, siempre recordando que este post es una introducción al tema, que tiene que ver con los condicionamientos que podría lograr el actual gobierno sobre un gobierno de otro color político. En este sentido la macro emerge como fundamental: si hay orden, nadie querrá ser el sujeto del desorden. Ese mismo orden puede servirle de trampolín al siguiente gobierno para lograr su gobernabilidad, lo cual complejiza la cosa ya que a nadie le gusta hacerle favores a los siguientes gobiernos, pero que sería un signo de madurez democrática.

Espero que se entienda la idea. Vayamos viendo.

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