Comparación de 2016 con 2014: salarios reales y rebote de actividad

En este post vamos a mirar unos cuantos números sobre el salario real, que vinimos repasando todo este brusco 2016. Es un tema central para entender este maravilloso ¿? año que atravesamos.

La comparación con 2014 permitirá ver que a pesar del mayor control nominal de algunas variables en aquel año, hubo cierto cuidado en no tocar cuestiones que limitaran el rebote en 2015. Cuidado que no existió en 2016.

Click en las imágenes para agrandar.

En este primer gráfico lo que se hizo, tal como se explica en la misma imagen, fue un cálculo del acumulado de la pérdida del salario mes a mes para todo el año 2014, respecto de diciembre de 2013. La línea roja muestra cuánto acumuló en el año esa perdida.

Creo que está todo bien explicado en el interior de la imagen. Cabe destacar que no se ajustó por inflación cada pérdida mensual (así, la pérdida de mayo se sumó nominalmente sin llevarla previamente a precios de fin de 2014, por ejemplo), de ese modo, la pérdida real pudo haber sido mayor.

Como referencia, el acumulado de todo el año sumó el 76,5% del salario de diciembre de 2014.



El mismo ejercicio efectuado para 2016, muestra que el salario perdido acumulado, respecto de diciembre de 2015, fue un 71,1% del salario estimado para diciembre de 2016.

De este modo se podría decir que el salario perdió más en 2014 que en 2016. En mínima diferencia, pero cierto. Lo que no debe soslayarse es que el gobierno kirchnerista se mostró preocupado en 2014 por sostener las poleas de derrame hacia la economía informal, cosa que no hizo Cambiemos este año, esto se verifica en 2014 en en la creación del Procrear, del Progresar o en el aumento del 40% en las AUH, etc.



El gráfico que sigue muestra la evolución larga del salario real. Me parece que es muy explicativo de todo lo vivido.

El punto más alto de salario real ocurrió en septiembre de 2015. Y la pérdida estimada de poder adquisitivo para el salario real hacia diciembre de 2016, en relación a octubre de 2015, no es más que 5,4%. No parece mucho, y podría ser aceptable en base a todos los problemas de la economía de la Argentina. Pero no es aceptable porque esto sólo refleja un modelo de apreciación cambiaria sostenido con endeudamiento externo y dinamizador de la fuga de sectores disociados con el desarrollo industrial y nacional (tales como grandes exportadores, multinacionales y bancos extranjeros). Esta apreciación, sumada a paritarias todavía relativamente fuertes para combatir la inflación, muestra un saldo de pérdida de los salarios registrados que no sería tan grave (estamos en los niveles de 2013), el problema de fondo es que sí empiezan a perderse empleos, entonces cada vez son menos los que tienen la suerte de estar en estos niveles de salario.

Elaboración propia en base a Centro Cepa. Inflación estimada para diciembre 2016: 2%
Finalemente, para terminar de entender esta mirada que busca comparar con 2014, sin ser exhaustiva pero sí reflejando la relación entre salarios y precios para algunas cuestiones. Hay un elemento central: en 2014 se sostuvieron mucho más que este año los niveles de tarifas a los usuarios (o sea la tarifa estaba subsidiada a través del Estado, que organizaba los pagos de esos servicios, y de ese modo lograba regular a las empresas con mejora capacidad).

Como se puede ver en el gráfico que sigue, se invierte (según el IPC CABA) la relación entre servicios y bienes. Los bienes este año crecen menos en precio que los servicios. Esto trae varios efectos que difieren de los de 2014: a) mayor proporción de salario atiende servicios que por definición son cautivos, y ahora además bastante desregulados, b) los bienes ven disminuir sus precios relativos frente a servicios, y de ese modo hay un sesgo hacia actividades de servicios mientras sube la exportación de excedentes de bienes, que a su vez empuja a una menor actividad y escala como consecuencia de un menor mercado interno, c) la posibilidad de rebote es mucho más inestable que en 2014, porque hay una fuerte apropiación de sectores extranjeros de más proporción de salario por el lado de los servicios, y pérdida de ingresos para destinar a bienes, y d) estas mismas cuestiones hacen que el derrame de los ingresos de los sectores registrados a los sectores informales (que representan el 33,4% de los trabajadores) sea aún menor, ya que el tarifazo transfiere ingentes porciones de ingresos hacia sectores concentrados que antes podían usarse en distintas actividades o consumos que ayudaban a promover un ciclo positivo.

Por ejemplo del punto d), está aprobado (hasta ahora) un aumento mayor al 200% en la tarifa del gas, que ya se empieza a pagar, mientras cae un 30% la venta de hoteles, restaurantes y bares (un sector con bastante empleo informal). Creo que la idea es clara.





Es largo, pero si algo marca este año es el perjuicio en la distribución del ingreso y, en concomitancia, la ruptura de los derrames reales de los sectores con ingresos medios o altos hacia los bajos. Por el contrario, ahora ese "derrame" cambió su gravedad y va hacia arriba.

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